Mesa de trabajo
Acabamos llenando de cosas la mesa: el material, las herramientas, la superficie antiadherente, el vaso con los pinceles, la silicona, las fornituras, las joyas de pasta de plata ya terminadas, etc.
¡Que llegan los invitados!
Realmente llegó a ser engorroso tener que llevarnos todo eso para desocupar la mesa cada vez que teníamos invitados en casa. No sabíamos donde guardar, temporalmente, todas las cosas. Y para colmo teníamos que volver a colocarlas todas donde estaban al principio. Me parecía un tiempo perdido absurdamente.
¿Es necesaria?
¿Es necesaria, entonces, una mesa de trabajo para realizar las joyas de pasta de plata? Bueno, eso depende. Si acabáis de descubrir este material y hacéis alguna joyita de vez en cuando, tal vez no os resulte muy incómodo buscaros un hueco en casa. Ya sabéis que no hace falta demasiado para empezar: unas pocas herramientas, pasta de plata y una superficie lisa para trabajar.
Un lugar debidamente organizado
Sin embargo cuando empecéis a sentir la magia de la pasta de plata y vuestra creatividad se exprese también a través de este material con tantas posibilidades, llegará un momento en el que querréis un lugar de trabajo para vosotros. Un sitio donde tengáis a mano, debidamente organizado, todo lo que soléis usar y además os permita concentraros tanto en la creación como el diseño de vuestras joyas.
Necesitábamos algo muy concreto
De cómo hemos creado nosotros ese lugar es de lo que hoy queremos hablaros. Debido a la estructura de la habitación y al mobiliario que ya teníamos en la misma, nuestra mesa debía medir, lo más ajustado posible, 70 cm de ancho X 180 cm de largo. Además queríamos tener alguna cajonera para tener más sitio donde poder organizar el material y las herramientas.
Una búsqueda infructuosa
Empezamos a buscar mesas pero era complicado, o eran demasiado pequeñas y no cabían dos personas trabajando, o eran demasiado anchas y no teníamos espacio para pasar por la habitación… Fuimos a IKEA, allí vimos unas mesas por módulos que se adaptaban entre sí para hacer la mesa con curva al final, pequeñas extensiones… Las medidas no se adaptaban a las nuestras pero nos sirvió para darnos una idea muy práctica.
Las cajoneras fue lo más fácil
Cogimos dos cajoneras blancas de 60cm ancho X 36cm de largo. Estas cajoneras vienen con unas pegatinas de silicona para que el tablero no se dañe ni se deslice fácilmente al apoyarse sobre su superficie.
Es verdad que montar el mobiliario que uno compra en el IKEA es como hacer un puzzle en 3D y que hay que tener algunas herramientas a mano que no vienen en el kit de montaje, pero resultan bastante prácticas después de montadas.
Un tablero a medida
En un sitio especializado en bricolaje compramos un tablero blanco de las medidas que andábamos buscando. Pedimos que forraran los laterales del tablero para un acabado más profesional.
Nos gusta el resultado
El resultado ha sido muy bueno. Mejor de lo que pensábamos. Gracias a que la parte superior es un tablero cortado a medida hemos podido aprovechar el espacio máximo disponible, algo que no lográbamos con ninguna mesa de las que hemos visto. Como el color y el acabado del tablero es el mismo que el de las cajoneras el aspecto final es de una mesa sólida. En lugar de tener patas reposa sobre dos cajoneras.
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