Llenar un vacío
Es bonito cuando tenemos una inquietud, un gusto por algo y no lo encontramos en el entorno poder ofrecer eso que buscábamos a otros, hacer un servicio a la comunidad. No estoy hablando de formar una ONG ni de ser altruistas. Hablo de algo más concreto, de facilitar a otros un camino que hemos iniciado nosotros, ayudando a otros de este modo a resolver dificultades que un día fueron las nuestras. En otras palabras, facilitar el camino a que las siguientes personas que tengan esos mismos intereses lo tengan más fácil.
En ese apecto veo bonito lo que ha hecho Ismar, profesora de pasta de plata y de otras muchas técnicas. El otro día contaba cómo ella buscó un centro donde le pudieran enseñar muchas técnicas de diferentes oficios, un poquito de todo. No lo encontró, sin embargo ese interés la movió incluso a salir fuera de España para adquirir los conocimientos que quería. Hoy en día ofrece esos conocimientos y su propia experiencia en su centro en el corazón de Madrid.
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